lunes, 31 de diciembre de 2007
No sólo de arroz vive el hombre II/III
domingo, 30 de diciembre de 2007
No sólo de arroz vive el hombre I/III
Iniciemos, hipotéticos lectores, un viaje por el Extremo Oriente. Visitaremos China y las dos Coreas, todas desde París, y el inicio del viaje tiene lugar en Corea del Sur. Hace algunas semanas, la Mouse & Cheese, Co., asistió a la proyección de la nueva entrega del director de cine Chan-wook Park, que podríamos titular en español Soy un androide [Je suis un cyborg]. Debemos confesar que, como buenos principiantes del cine, es nuestra primera experiencia con Park, aunque sabemos que ya tiene una carrera bastante respetable como se lee aquí o aquí.
La historia es alucinante, onírica, divertidísima y con fuertes rasgos violentos. Young-goon Cha, ingresa a un manicomio, negándose a comer pues ha descubierto que es un androide. Inmediatamente llama la atención de otro de los pacientes, el cleptómano Il-soon Park, quien, según su humor esconde su cara detrás de máscaras de papel que él mismo fabrica. Young-goon comienza a resentir los estragos de la ausencia de comida robótica en el menú del sanatorio. Il-soon, el único en lograr entender la situación, encuentra el artilugio perfecto para lograr convertir la comida normal en comida de androide y así lograr salvarle la vida a Young-goon.
Toda la trama se basa en la no tan sencilla premisa de dos pacientes mentales que asumen el papel que su propia locura les impone. La ironía de la historia radica en que ninguno de los médicos o de las enfermeras, con todos sus diplomas y conocimientos, logran encontrar la manera para hacer comer a la androide Young-goon. Son los mismos pacientes los que la encuentran. Así, en una escena en el fondo violenta, Il-soon amaga con abrir la espalda de su compañera para instalarle el dispositivo que la salvaría de morir de hambre o, mejor dicho, de batería agotada.
En su delirio, Young-goon sueña con escapar del hospital asesinando a todos los doctores y enfermeras a balazos. Como buen androide de lejano oriente, su cuerpo guarda poderosísimas armas que ella aprovecharía para deshacerse de sus enemigos que no le permiten llegar hasta su abuela para devolverle su dentadura, único medio con el que cuenta para comunicarse con los demás aparatos que la rodean (bombillas, despachadoras de dulces, etc.). Por cierto, que la familia de Young-goon ya contaba con androides. La abuela había perdido todos sus dientes al alimentarse de sintonizadores de radio. Por ello la preocupación de nuestra heroína por la dentadura ancestral.
Los colores pastel dominan la escenografía. Los diálogos son una muestra de genialidad. Y el carácter onírico no solo se muestra en la ambientación, sino en todos los personajes, incluida la madre de Young-goon (Yong-nyeo Lee), esquizofrénica cocinera, o la doctora que se ocupa del tratamiento de la joven, que más bien parece salida de un grupo de superación personal.
Je suis un cyborg es una comedia inteligente, que encierra varias críticas: a la violencia gratuita, a los métodos decimonónicos de curación (durante la película asistimos a una sesión de electrochoques); pero sobre todo, es una muestra genial del humor coreano o por lo menos de Park, hasta entonces desconocido por nosotros.
Por último, queremos destacar otro de los personajes. Una de las pacientes, obesa comedora empedernida obsesionada por la tersura de su piel, cual Dorothy en el Mago de Oz, frota sus calcetines nada más y nada menos que para... volar.
sábado, 29 de diciembre de 2007
Las palabras laaaaaaaaaaaaaaaargas me excitan más
L'Enfer à la bibliothèque. Eros au secret, exposición de la Bibliothèque Nationale de France, site François Mitterand, del 4 de diciembre de 2007 al 2 de marzo de 2008, entrada 7€, descuentos 5€.
El 28 de diciembre de 2007 estuvimos en la exposición, cuyo nombre en español podría ser El infierno de la biblioteca. Eros en secreto. Se trata de una exposición acerca de la literatura considerada pornográfica, o por lo menos, contraria a las buenas costumbres, que se encuentra resguardada en la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y de documentos relacionados a este tema: fotografías, videos, grabados y estampas, y de la censura ejercida contra éstos a través de una sección de la BNF llamada precisamente "el Infierno" (l'Enfer).
Los artífices de la puesta en escena de la exposición ofrecen al visitante dos recorridos posibles: uno temático-cronológico, en el que se exhiben algunas de las obras condenadas al Infierno a través del tiempo: más o
menos desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XX; y otro, puramente cronológico, explica cómo, por qué y cuándo apareció, desapareció y reapareció el Infierno de la Biblioteca.
La museografía es genial. La utilización de algunos lugares comunes de la pornografía permite una presentación lúdica y que ayuda a relajar al visitante, y no sentirse incómodo al dejar salir al voyeur que lleva dentro. Ya desde el exterior el ambiente se prepara con una enorme letra X, referencia a los filmes triple x, de color rojo, proyectada en una de las torres de la biblioteca. La sala de exhibición es pequeña, por lo que el recorrido no es cansado. Está iluminada en tonos rojos que, como saben algunos, es un color relacionado con los burdeles y otros antros del género. Pero lo más simpático de todo son los espejos que se encuentran por todos lados, como invitando al visitante a gozar de su reflejo, y del reflejo de los demás, cual motel que se respete al lado de la autopista o de una universidad privada.
Y Teté blogueó...
Después de mucho pensarlo, discutirlo y dudarlo, henos aquí. Bienvenidos a Se destetó Teté. Están leyendo este blog debido a cualquiera de las siguientes posibilidades: por error, porque buscaron mucho, porque sus autores se lo recomendaron personalmente, porque son amigos o familiares de ellos o porque son sus enemigos o familiares.
En cualquiera de los casos, no nos hacemos responsables de sus acuerdos o desacuerdos con el contenido. Todo lo que publicamos aquí es porque nos interesa, no porque le interese a alguien más (aunque pueda ser el caso). En su momento, daremos los debidos créditos cuando utilicemos fuentes ajenas a nuestra autoría.
Por supuesto, los primeros créditos se los debemos al grupo argentino Les Luthiers de quienes tomamos prestada la expresión que le da título a nuestro blog. Se la escuchamos aquí al genial Daniel Rabinovich en un solo monumental e irrepetible. La frase refleja bien que queremos hablar mucho y bien, pero que quizás sólo alcancemos a pronunciar algunos balbuceos. No nos importa.
Aquí pretendemos publicar, si tenemos el tiempo y las ganas, todo aquello que nos llame la atención sobre nuestra actual estancia en París y más allá. No tenemos pensado publicar algo nuevo cada semana, o cada mes, o cada año, o cada determinado tiempo. Más bien queremos profundizar, hasta que nosotros nos cansemos, sobre los asuntos que nos llamen la atención. Así que las visitas que nuestros eventuales lectores hagan probablemente encontrarán los mismos artículos durante algún tiempo. Sin embargo, procuraremos dar más detalles o avanzar en nuestras búsquedas del por qué, cómo, cuándo o quiénes de cada tema.
Por supuesto, estamos abiertos a sugerencias y críticas, y si alguno de ustedes tiene alguna imagen o documento que ayude a enriquecer el contenido de este blog, se los agradeceremos eventualmente con los debidos créditos.
¿Quiénes son los autores de este blog? Somos una pareja de hombres gay de 25 y 29 años, que actualmente no piensa adoptar hijos y que vive en los alrededores de París, Francia.
Uno de nosotros se esmera por aprender el idioma francés, tiene inconclusa la carrera de negocios internacionales y recién llegado a París, busca alguna actividad en la cual entretenerse.
El otro de nosotros, se esmera por terminar un doctorado en París, o en Florencia, o en Franckfurt, o en Londres -no sabemos todavía- y quizás convencer a su pareja de intentar vivir en Europa.
Ninguno de los dos tiene claro que va a ser de ambos en el futuro, pero esperan poder trabajar en lo que les gusta. Algunos de nuestros conocidos saben que también somos La Mouse and Cheese, Co.
Queridos lectores en potencia, no esperen un blog enorme, más bien uno pequeñito y ojalá entretenido.
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