sábado, 15 de noviembre de 2008

Firrrrrrrrrrrrrenze

La primera vez que escuché a Adam Green (hace dos días), la impresión que me dio fue la siguiente: "me gusta este estilo texano-california rolling-lost Acapulco con un no sé qué de londinense perdido en alguna autopista histórica estadounidense". Al día siguiente, ayer, fui a su concierto en el Club Viper de Florencia, o cerca, (no sé bien, sólo sé que caminé durante más de 30 minutos para llegar). El caso es que me encontré con un artista y su banda que, por un lado, parecían salidos de la euforia de los años setenta y, por el otro, una especie de simpática tetralidad juguetona con el público. No faltaron las escenas en las que Green arremetía contra la base de un micrófono o se lanzaba a los brazos del público para "nadar" a todo lo largo y ancho de la pista. Vestido con un pantalón de mezclilla a media nalga, una chamarra roja de cuero, sin camisa ni camiseta ni playera abajo, y unos maravillosos zapatos plateados en punta, este despeinado artista dominó su espectáculo a pesar de la evidente y enorme cantidad de alcohol que destilaba (literal). Mientras la música sonara, todo parecía ir bien; en varias ocasiones estuvo a punto de perder el equilibrio, pero la culpa era de las pausas, pues parece que este hombre si no canta, no se tiene en pie. Letras irónicas, a veces oscuras. Irreverente, uno de los mejores momentos fue cuando contó que en un solo día había cruzado el Arno varias veces preguntándose implícitamente (y claramente) como hacían los florentinos para no aburrirse. Firrrrrenze, como él la llama, le aplaudió bastante, quizás no tanto, pero garantizado está que nos divertimos. A destacar sus dos coristas, con voces realmente poderosas y dulces, heredades del soul estadounidense; sus músicos, en especial el guitarrista y, sobre todo, muy sobre todo, su interpretación de la canción "Drugs". Les dejo aquí la versión original, pero hay que verlo en vivo y en versión acústica para entender el grado de desfachatez, buen humor y autenticidad de este tipo:

Por cierto, cuando Adam Green formaba parte del grupo The Moldy Peaches participó en la banda sonora de la película Juno.

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